FJM de buenos aires argentina ...

"Los miembros de la Familia Jesus-Mari­a quieren ser, siguiendo el ejemplo de Santa Claudina Thevenet, levadura que, discretamente, hace crecer el amor en su medio ambiente de vida; sal que da sabor, gozo, sentido a la vida de aquellos con quienes viven; la luz que se coloca sobre el candelero y da a conocer la bondad de Dios."


sábado, septiembre 30, 2006

Con Claudina en la colina de la Virgen

Una altura, montaña o colina puede suscitar en las personas dos actitudes diferentes. Hay quienes desean enseguida estar encima para dominar la visión desde lo alto y hay quienes respetuosamente buscan aproximarse para contagiarse de esa fuerza que ayuda al espíritu a volar y trascenderse. En el primer sentido la Biblia ha relacionado la altura con la idolatría, con la ilusión del poder. En el segundo, con el lugar de la manifestación del Señor, al que se accede con los pies descalzos.

Claudina vivió buena parte de su vida sobre dos colinas. Como gustan decir los lioneses, la “colina que trabaja” y “la colina que reza”. De la Croes Rousse a Fourvière, rezando y trabajando su vida se fue consolidando en el servicio y la entrega “como las buenas
servidoras de María”.

Su vida fue un peregrinar con la mirada puesta en las huellas de Jesús, el “Divino Salvador”, el Maestro “que no tenía donde reclinar la cabeza”, pero cuando tuvo que elegir una casa para su nueva familia pidió ayuda en la oración y obtuvo respuesta por intercesión de la Madre que “no quiere que se haga nada sin ella”. Y así vino a establecerse a la vera del Santuario, en esta colina desde la cual María vela desde siempre sobre la ciudad de Lyon. “Llévenla a Fourvière y tráiganla curada” dirá a sus hermanas cuando la medicina ya no podía hacer nada por la niña enferma. Y su fe, fuerte y probada alcanzó la manifestación del Señor en el Santuario.

De la mano de Claudina, que subió a la colina buscando esconderse en el Corazón de Cristo les proponemos, en este mes de mayo, una visita a la Madre…


Noticias de La Angélica
JÉSUS-MARIE L'ANGÉLIQUE
Año 2 Número 6 / Mayo 2003